¿Cómo tan fácil?

Ayer acompañamos a comer a unos compas de Gringo. Entre ellos estaba Karissa, una mulata preciosa de casi 6 años y coemntaba la familia que habían ido a una boda llena de extraños y familia tan lejana que ya ni siquiera comparten apellido ni color del pelo. Entre las consabidas críticas a dicha boda, un comentario me llamo más la atención que ningúna noticia de novias embarazadas o uniones libre previas. Karissa, con la boca llena de papas fritas dijo:

-"Ah sí... ahí encontré una nueva amiga. Se llama Megan. Somo muy buenas amigas."


¿Así tan fácil? Maldita la hora en que mi concha creció tan grande que me pude esconder en ella indefinidamente; en que intercambie una vida de sarcasmo por una de confianza pura para con los demás (no se crean, el sarcascmo em sigue gustando.. me trae otras amistades sumamente disfrutables.) El meollo es que me cuesta trabajo hacer amigos.



Recuerdo ir de vacaciones, específicamente una vez a la playa hace al menos 20 años. Dicho está yo ya me venía poniendo el bikini desde el taxi. No me tomó ni media hora cuando me acerque a un par de hermanitos, niño y niña, jugando en la arena y como si estuviera preguntando la hora (lo cual también se me dificulta) les pregunté si querían ser mis amigos. La respuesta fue inmediata y afirmativa; en tres segundos ya teníamos a uno de nosotros semi enterrado en la arena, riendo a calzón suelto.


Hace casi un año que tengo que llamar a Minnesota mi hogar, y los únicos amigos que tengo a la mano, me los prestó Patrick. Cuando de extraños se trata, ¿porqué será tan difícil abrir la boca y guardar los miedos en un cajón? Veo las mismas caras en los lugares que frecuento, pero terminados mis negocios en dicho lugar, ni el polvo se me ve y ya estoy en el carro.


A cada lugar que he ido, con cada oportunidad, ya venían incluidos los amigos con el paquete/trabajo/beca. Los había dado por hecho. Ya me voy al Mall sola...



Mi nombre es Güendi, y soy antisocial.