Saraí
Cuando cumplió 12 años le escribí un poema. Las palabras se me agolpaban en los dedos con semejante musa. A los 12 años ya era un ser de esos que esperas que en cualquier momento les salgan alas, te sonrían con complicidad y vuelen para siempre de tu vida, dejándote atrás con un bonche de lecciones que te enseñaron y que ahora debes poner a trabajar.
A los 12 años me rebasaba en sabiduría, y definitivamente en belleza. He visto muchos bebés y aún no encuentro uno que sea remotamente tan bello como ella lo era. Lo es. Nació agarrada de la mano de Dios, con una carcajada grave en los labios que nos lleno las vidas a mí y a todo cuanto se acercara demasiado. No había opción, y no queríamos ninguna. Hemos caído bajo su hechizo.
"Me place sufrir la calma
de tu andar furtivo
y tu tibieza...
Me place que llevemos el mismo nombre."
Hoy empieza a vivir su decimo octavo año, a su ver a tientas y a ciegas. Lo que ella no sabe es que las hadas y los ángeles no están sujetos al destino. El híbrido que la comforma tiene muy poco de terrenal. Sin importar lo que haga, lo que se rompa - aún su propio corazón- , basta con que se ría. La calma vuelve.
"Hoy agregas tambien otro año
a mi vida, otro año cohabitando con
tu risa rasposa,
tan inpropia para una niña.
Un tiempo delicioso de compartirte
con el resto del mundo,
como si fueras obra perfecta de mis manos... "
A los 18 años es tan hermosa que casi se hace insoportable. Y si la miras de adentro hacia afuera no aseguro que quieras volver a la realidad jamás. A los 18 años ya tiende a olvidar lo etéreo de su llegada a este mundo, y que sin querer, se convirtió en la llama que mantienen vivos a los que estamos cerca. A los 18 años es difícil mantenerse terrenal cuando se tiene más de angélico que de Zárate en el rostro. Sin embargo, sigue siendo la frontera entre lo perfecto y el resto de nosotros los mortales. Y para mí todo es perfecto siempre y cuando el mundo la siga llenando de años y podamos seguir habitando en su "castillo de gozo y distracción."
" Espero que pronto, al verte
reflejada en mí,
sonrías,
y le grites a la vida cuánto
has amado
y un eco de besos
choque contra tu cabello de cobre,
haciendo de ti la última frontera
entre la satisfacción
y la edad."
A los 18 años, mi hermana sigue siendo la criatura más deliciosa que jamás he tenido el placer de conocer. Tampoco personaje literario o fantástico alguno posee siquiera la orilla del manto de su magia.
!Feliz Cumpleaños, Saraí!
1 Comments:
Pues que decir de lagrimas , yo hasta leyendo los comentarios estoy llorando, y es que no terminare nunca de agradecer a Diospor mis hijas pues a pesar de que nuestra vida ha estado rodeada de pruebas y dolor desde su infancia, el amor se ha crecido enmedio de ello y es un gran consuelo ver como se aman y se preocupan una por la otra aun cuando por alguna razon estemos separadas, pero solo por la distancia.Gracias Señor por haber tomado el lugar vacante en mi hogar!Gracias Nohemi , gracias Wendy ,gracias Sarai mis hermosas hijas.
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