Unos extraños que conozco...

Dos ingenieros estrenando bebé, una directora y madre de dos, un doctor, un arquitecto, una lingüista desepcionada de la profesión, etc, etc.

Desde pequeña se me afigura que me he lanzado a vivir por el mero placer de coleccionar recuerdos. Los moldeaba en mi cabeza primero, perfectos, planeados hasta el último detalle, antes de que sucedieran. Nunca salían como ni cuando lo tenía pensado, pero generalmente resultaban mejor, aunque tardíos por regla general. Desarrollé un método de absorción para disfrutar cada minuto; que no se me escapara un respiro, un roze, una sonrisa, una mirada. Después lo metía en mi diario, completito y listo para disfrutarse vez tras vez cuando se me antojara.

Empecé a escibir en diarios a los 10 años. Escribía mayormente mentiras, porque mi vida no era tan excitante como mi corazón preadolescente deseaba. Después las hormonas empezaron a hacer estragos en cuanta parte de mí encontraron distraída y mis diarios se llenaron de recuerdos pasados y por venir. La mayor parte de estas paginas están llenas de los días que compartí con un montón de "niños" que me ayudaron a construir mi adolescencia, sueño a sueño. A veces me pregunto si todo el mudno han sido tan afortunados como yo de compartir tiempos tan felices con amigos como estos. Se me hace que no.

Me llevaria hojas y hojas compartir cada fiestecita, cada juego a media calle, cada triangulo amoroso. Me toma sólo unos segundos volver a sentirme como una adolescente emocionada al ver una foto, gracias a los archivos detallados de mi memoria.

Circa 1991.

Tengo contadas fotos y no todos están ahí. Sé muy poco de ellos, y nada de otros. Pero puedo estar segura de que todos recuerdan nuestros años maravillosos con una sonrisa. A la par, somos un monton de extraños distantes compartiendo un tesoro de recuerdos comunes. Qué chistosa es la vida.

Araly, Adriana, Angelica, Nohemi, Oscarito, Pancho, Froy, Julio, Riquis, Peggy, "El Guero", "El Come", Samuel, Carlitos, Paquito...