Un dia como hoy...

Hace un año hoy mi vida dio un giro violento del que jamas me recuperare.
Despues de una larga espera de especulaciones, emociones y miedos culminada con dos dias enteros de un dolor intenso que nunca antes experimente, vi su rostro, y todo termino. O empezo.

Oyes vez tras vez como cambian las cosas con un hijo; como los quieres tanto y bla bla bla. Todo es cierto al pie de la letra, y aun asi, nada puede prepararte para la bofetada de amor que te deja tirada en el suelo cada vez que los miras.

Ella decidio dejar la comodidad de mi vientre (aunque no me explico como se puede estar comoda ahi dentro) el 3 de Junio a la 1:48 PM. Le costo mucho trabajo y tiempo abrirse camino a este mundo, pero llego feliz y sana a una familia que la aguardaba con ansias locas. Espero que piense que su esfuerzo ha valido la pena.

Todo sufrimiento, dolor y ganas de que te noqueen-de-una-vez-por-el-amor-de-Dios, se volvio nada a la 1:48 cuando pusieron a ese ser chiquitito –blanca y limpia, para mi sorpresa- en mi pecho. No hay idioma que tenga suficientes palabras para describir lo que nacio en mi al momento en que te vi.

“Es una nina!” Incredula me cerciore.

Tu nombre es Luna. He soñado contigo toda mi vida. Te he estado formando en mis sueños desde mucho antes que estos ultimos 9 meses. Una hermosa mujer. Una amiga eterna. En ese primer momento me diste mi primer regalo: una comprension profunda de mi propia madre; de su amor inscrutable para mi. La punta del iceberg.

En un año, has crecido a pasos apresurados y me desespera ver como cambias cada dia. No puedo detenerte! Llenas de una dicha inexplicable y de una preocupacion sorda y latente cada momento de mis horas. Sera que cada dia que pasa, cada peldaño que alcanzas me separa de ti? Poquito a poquito…

Ojala y me necesites siempre, aun cuando no. Ojala estes siempre orgullosa de esta conexcion, de esta mezcla de sangre que da base a tu identidad. Porque nada me da mas orgullo que haberte dado abrigo en mi cuerpo por esos largos meses, mi Hermosa.

Hoy es nuestro cumpleaños. Celebracion de tu entrada a este nundo que te esperaba con anticipacion, y de mi metamorfosis en este terrible ente maternal (de los que –gracias a Dios!- hay tantos) que vive para amarte. Y de mis estrias, claro. Tambien celebramos las estrias.

Son las 8 de la manana. Te escucho cantar en tu cuna. Estas despierta y lista para echarte otro dia al lomo. Pacientemente esperas a que venga por ti con un biberon tibio en la mano. Voy a entrar a tu cuarto y me recibiras con la sonrisa mas grande que te cabe en esa pequeña carita y tu almohadita apestosa en la mano: señal de que ya acabaste de dormir y no las vas a necesitar en unas horas. Siento esa emocion en el estomago que me embargo cada manana que te vuelvo a ver.

Mi amor crece a pasos aun mas grandes que tu, y apenas te conozco.

Feliz primer cumpleanos, hija. Las aventuras que aun nos esperan!