Regreso a la vida
Finalmente Luna, vencida por el llanto, cayo dormida sobre mi pecho, comfortada por la suavidad de mi sueter de casimir.
Como cambian las perspectivas conforme evoluciona la vida. Como le duele fisicamente a una no poder saber que le duele a los hijos cuando lloran; donde hay que sobar, que tan fuerte hay que abrazar. Supongo que de aqui para adelante es igual o peor. Los hijos aprenden a hablar pero lso dolores se vuelven cada vez mas personales y secretos.
Volvimos de Chihuahua despues de un maravilloso mes de familia, gritos, amigos, regalos y comida. Gozamos de relativa salud todo el mes hasta llegar de vuelta a casa, donde yo fui al primera que cayo victima de una infeccion intestinal... o algo asi. No se como se traduce "stomach flu". Crei que me iba a morir el lunes. Eso o estaba embarazada, como me habian profetizado un par de dias antes.
Echada en el suelo, sin fuerzas, estaba planeando como acomodar al nuevo crio en el cuarto de Luna cuando me llego mi periodo. Entonces me voy a morir- pense... No me mori, porque alguien tiene que sacar a flote a los demas. El Gringo, que nunca se puede quedar a tras con ningun malestar ( a el le duele mas, dura mas enfermo y hasta el pelo se le cae con un resfriado comun) volvio temprano del trabajo con una cagantina de leyenda. Yo deje de vomitar al peirmer dia y le rogue a Dios que me diera fuerzas yme sintiera mejor, para poder cuidar a mi bebe y mi Gringo, que compartian los sintomas.
Como es curiosa la vida... ahi me di cuenta de que ya no hay marcha atras. Soy una madre. Todos son mas importantes que yo, por propia desicion.
Me siento mejor desde ayer y he andado regodeandome en mi calidad de mujer fuerte, cuidando a los enfermos y tratando de terminar de desempacar la vida de una mes.
Luna lloro por una hora, mientras su pancita se ponia dura de retorcijones. Finalmente se durmio, abrazada a su "bababa", cortesia de su primo Paul, y tranquila sabiendose amada y segura en mis brazos. Dios me ayude con semejante paquete.
El Gringo y Lydia vienen en camino de la escuela, de donde hubo que recoger a la nina enferma tambien. Una mas que apapachar. creo que cambiare mi plan de hacerle un pastel de cumpleanos, por una humeante taza de atole que tanto le gusta.
Bendita sea la vida.
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