8/31/2005

Quinquis...





Nos vamos de campamento sexual al Lago Superior en el norte

(casi en Canada).


Nos vemos la semana que viene.



8/25/2005

It's just looks



El Patrick y yo creamos una portal en honor de nuestra historia cibernetica. Ya saben, el morbo y la vanidad unidas. La posibilidad. Nunca se sabe... yo no sabia.

En fin, apoyennos y suscribanse, para que se ponga suave.


A fin de cuentas, de alguna manera a todos nos da curiosidad . Por otro aldo, puede uno desquitarse con la autoestima de alguien mas al final de un mal dia.

Matriarcas



Tengo un amorio con el pasado. Lo peor de todo es que ni siquiera es mi pasado solamente.
Desde pequeña fui la unica que no me adaptaba al protocolo, y abochornaba a mis dos abuelas solteras con preguntas que simplemente no se les hacen a las matriarcas.
Ojala algun dia tenga suficiente talento e informacion para escribir, al menos para mi propia descendencia, la historia de mis abuelas. "Mujer: Casos de la vida real" se queda corta en comparacion con sus vivencias.

Entre mis temores de estar tan lejos y en tan poco control de lo que llamo mio, temo perder a mis viejitas. Temo que mi prole no alcancen a disfrutar de sus manos tibias y sus ojos sabios. Temo que se me vayan con los secretos apretados en los puños.

Estoy escribiendo una carta para una de ellas, en la que le pienso pedir que me escriba su historia. Creo que soy la que sabe mas al respecto, pero mi Tina es de pocas palabras, y me ha costado 26 año sacarle unos cuantos hechos y otros cuantos nombres.

Cuando uno se va.. las memorias quedan. Prefiero quedarme con mi abuela que con sus recuerdos, pero el tiempo es cruel y mas vale que vaya yo saliendo de mi negacion; aunque este sentimiento prematuro de semi-huerfana no se lo deseo a nadie.

8/20/2005

No más noticieros.

Quino.

8/15/2005

(Parentesis)




Tengo un gran hoyo negro en el cerebro. No se me ocurre nada, el amor me esta haciendo papilla el intelecto.

El sabado, el Gringo se fue a un torneo de golf (dato inutil para trivias: Hay en Minnesota 285 campos de golf de 18 hoyos) y me quede soltera todo el dia. Me hubiera ido a derrochar dinero al Mol, pero traemos una racha Salazar economica. En cambio, disfrute mi mañana practicamente en bichis platicandome un cafe de olla con la Beba (no, no usamos webcam; la señora andaba falta de cocimiento y no queriamos provocarle una embolia de la impresion, debido a su estado delicado). Como extraño los cafecitos con ellas: como extraño que me duela la panza de la risa y la cabeza de tratar de mantenerme a la par con su genialidad.

Mas tarde, me amarre las doble D que el Señor me dio y me fui a una audicion de teatro. Cante "Take me or leave me" de RENT con cuanto sentimiento luchevillezco pude. Solo una vez antes habia audicionado (El dia que la Shelle se me acerco despues de 12 años y me pregunto: "Tu te llamas Wendy Zarate, en serio??") y no me apetecia repetirlo (la audicion, no el evento con Shelle) , pero, mis años en teatro fueron de los mas bellos y -valga- dramaticos. Al estar ahi y ver a los audicionados que ya se conocen entre si abrazandose y besandose las mejillas (Quien dijo que los Gringos hombres no se besan entre si?) me entro una nostalgia de aquellas. Amo el teatro, amo los segundos antes de la funcion cuando los instrumentos se afinan y los actores se sientan en el suelo tras bambalinas a esperar. Pero sobre todo, amo la camaraderia. Tal vez soy ingenua y me olvido de el espiritu competitivo (aunque no creo que nadie haya tratado de romperme una pierna para tomar mi papel de Madame Thenardier). Al final lo que quedan son las memorias de muchas risas compartidas entre la raza mas dramatica, estrafalaria y deliciosa que he encontrado.
Quien sabe si me llamen del teatro, si quiera para tramoyista. Yo iba acantar y a mover el tambo, pero me hicieron leer un libreto. No creo que quieran una Follies con acento de nopal.
Por lo pronto, la secuela de mi fin de semana son tres teclas de mi teclado pegosteadas por el azucar de mi cafe, dos canciones nuevas en mi haber de favoritas que Beba me regalo: "Naila" de Lila Downs, y "A la sombra de un Leon" por Soledad Jimenez (no he escuchado otra cosa desde entonces), y la duda que tengo de si en realidad quiero volver al escenario o simplemente a la calidez de mis viejos conocidos compartiendolo conmigo.

8/09/2005

NO IMOPTRA EL ODREN



SGEUN UN ETSDUIO DE UNA UIVENRSDIAD IGNLSEA, NO IPMOTRA EL ODREN EN ELQUE LAS LTEARS ETSAN ERSCIATS, LA UICNA CSOA IPORMTNATE ES QUE LA PMRIREA Y LA UTLIMA LTERA ESETN ECSRITAS EN LA PSIOCION COCRRTEA.

EL RSTEO PEUDEN ETSAR TTAOLMNTEE MAL Y AUN A SI PORDAS LERELO SIN POBRLEAMS. ETSO ES PQUORE NO LEMEOS CADA LTERA POR SI MSIMA, SNIO LA PAALBRA EN UN TDOO.

PRESNOAMELNTE ME PREACE ICRNEILBE.

TNATOS AOÑS DE COLGEIO VLAEN QEUSO!

8/03/2005

A ver tú, pepito...


Nunca me puse a pensar, quiénes o si acaso alguno de mis estudiantitos se vería atrapado en las redes de la docencia. No creo que ninguna de lso míos se haya imaginado. Sobre todo, no lo imaginaron de mí.

En primero fue Bertha. Bertha Alicia; nombre que siempre se me antoja para una niña de largas trenzas amarillas y no una matriarca grande con cabello blanco y lacio hasta la barbilla. Tenía maneras suaves y nos trataba como a sus nietos. Hasta el sol de hoy no me la puedo imaginar en las multiples juntas con mis padres en las que se quejaba de que yo jamás le ponía atención. Me paso casi desapercibida, pero se leer, así que no pudo haber sido tan mala.

Basilisa se llamaba la de segundo. Tenia unos enormes lentes redondos que magnificaban sus ojos y hacían evidentes las líneas verdes que se le formaban en la sombra de párpados. Debo haberla querido, porque cerca de 5 años despues me la encontré en una piñata y corrí a saludarla. Para mi desilusión, negó que se llamaba Basilisa, pero recuerdo estar tan segura de su rostro que hasta hoy día me pregunto si la pobrecita sufría de Alzheimer o simplemente se avergonzaba de su nombre.

En tercero fui víctima de la temida Gran Mudanza. Saraí venía en camino y ya no cabríamos en el chorizo largo que teníamos por casa. Fue a medio año y por eso tuve dos. Gracias a Dios mi vida no depende de una memoria exacta, porque nomás no puedo acordarme del primero. El de mi nueva escuela se llama Oscar. Un señor joven y cachetón que tenía una hija de mi edad en el mismo salón en que enseñaba (!pobrecita! !¿que peor pesadilla que esa!?). Era el típico maestro que pretende ser chistoso y la pura cara se lo impide. Yo le tenia pavor, más por solidaridad con su hija Brenda, que por experiencia propia. Sin embargo, el vato me puso un examen de Ciencias Naturales mi primer día de clases en la nueva escuela; razon suficiente para que no merezca mi misericordia.

Arnulfo Barragán me hizo preferir y respetar grandemente a los docentes del sexo masculino, aunque no recuerdo ningún otro que le haya llegado a la altura. Tenía aspecto de montañez bien leido, con la barba y bigote largo y unos lentecitos de intelectual. Andaba siempre bien fajado y usaba botas vaqueras. Él era chistoso y cálido sin siquiera proponerselo. Jamas lo vi demostrar preferencia por ninguno de sus alumnos, sin embargo yo sigo convencida de que me adoraba. Por mi parte lo recuerdo como el unico profesor al que le tuve ese amor infantil del que se acuerda una toda la vida.

Lorenza Sosa, nombre descomunal para una mujer rubia y pequeñita, me dio las lecciones de cuarto año. Es curioso como aquellos que no te hacen sufrir, se te escapan de la memoria más rapido. De ella sólo recuerdo su voz de madre joven y el hecho de que disfrute mi año con ella y deseaba que me tocara estar en su grupo al siguiente año.

La maestra Mague fue la elegida para sexto año. Tiempo difícil en que se empieza uno a dar cuenta de que los maestros no estan sino aprendiendo todo a la misma vez que uno. En sexto año ya se da uno cuenta de que la maestra tuvo una mala mañana y no se toma uno tan a pecho los regaños (o en pocas palabras, ya le vale a uno mother). Sin embargo, a la fecha se me calienta la panza cuando recuerdo una ocasión en que la Maestra Mague me gritó que era una farsante porque me puse a cuidar que mis compañeros no mataran una mariposa herida. Cosa curiosa.. es lo único que recuerdo de ella.

Mis años de kinder no son más que una maraña de incidentes azarosos que probablemente son falsos. Recuerdo el camión de mi primer año en escuela particular: recuerdo a Don Ramon, el conductor de la piel curtida por el sol y la eterna sonrisa. Recuerdo quedarme dormida en "La Tiendita" sobre una pila de chamarras y sueteres olvidados, en el sopor de tanto dulce que me dejaban comerme. Yo siempre pense que era gratis, pero aparentemente, después le pasaban la cuenta a mi papá cada semana.

Me acuerdo de Julia, mi maestra de tercero de kinder, a quien yo recuerdo como una beldad morena, uno de mis primeros íconos de la belleza. De ahí en más... el resto se me ha ido esfumando. Queria escribirlo antes de que se me vaya por completo.

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